viernes, 25 de febrero de 2011

Los países musulmanes en lucha hacia la democracia

Tras las revueltas vividas primero en Túnez, y poco después en Egipto, muchos son los países árabes que se han sumado a las protestas para acabar con sus respectivos gobiernos dictatoriales en busca de más libertades y derechos.
La inmolación del joven tunecino Mohamed Buazizi, en protesta contra la pobreza y el desempleo el pasado 17 de diciembre fue la chispa que dio pie a este gran incendio. El hecho desató una serie de motines y protestas por todo el país que, finalmente, culminaron con la forzada marcha del gobernador Zine El Abidine Ben Ali.
El ejemplo se tomó en Egipto, donde sus habitantes llevaron a cabo revueltas bajo los mismos objetivos que los tunecinos. En Egipto la situación era, si cabe, más grave. Un grupo de la sociedad elitista i una sociedad media empobrecida se contrastaba con la suma pobreza en la que vivía el resto de la población. Pero una vez más, tras varios días de lucha la revuelta venció i Hosni Mubarak tuvo que abandonar el país.
En estos momentos, Túnez se mantiene bajo un gobierno provisional de transición hasta la convocación de unas elecciones, mientras que en Egipto un gobierno militar se encarga de mantener la calma durante su transición hacia la democracia.
A la estela de todos estos sucesos son varios los países musulmanes del norte de África que se han sumado a las protestas en contra de sus gobernadores, entre ellos Yemen, Marruecos, Libia o Bahréin. Pero, por muy similar que parezcan sus situaciones, cada país es un mundo distinto, y en cada uno de ellos las situaciones vividas son totalmente dispares.
Yemen, Marruecos y Bahréin se manifiestan de forma pacífica, aunque dejando algunos conatos de violencia; violencia que a su vez se cobra victimas mortales. No pretenden acabar con el régimen establecido, sino que se manifiestan en busca de más libertad y democracia.  
En el caso de Libia las protestas se han realizado con el objetivo primordial de derrocar el actual dirigente del país, Muammar al-Gadafi. Los manifestantes piden el fin de un régimen de 41 años marcados por las violaciones de los derechos humanos. A pesar de que el Gobierno siempre ha negado este extremo, uno de los hijos de Gadafi, Saif Al Islam, ha reconocido que se han producido "algunos abusos" en el pasado. Estos hechos repetitivos durante décadas han culminado en las actuales manifestaciones que se están llevando a cabo en el país. Lo que en un principio parecía una revuelta más, ha acabado convirtiéndose en una verdadera masacre.
Las manifestaciones estudiantiles fueron violentamente reprimidas. Académicos, abogados, estudiantes, periodistas, trotskistas, comunistas, miembros de los Hermanos Musulmanes y otros "enemigos de la revolución" fueron detenidos y encarcelados, o simplemente desaparecieron.
A continuación, Gadafi empezó a hacer pública su violencia, reprimiendo las protestas a base de fuerza i bombardeos sobre los manifestantes. Pero las revelaciones pidiendo su dimisión no cesaron. Delante de esta situación, el país poco a poco cobra forma de guerra civil. Varios de sus ministros i militares se pasan al bando protestante alegando que no son capaces de atentar contra sus propios compatriotas, a pesar de que al-Gadafi insta a todos ellos a acabar con lo que él considera actos de vandalismo en los que intervienen Al-Qaeda i EEUU. No obstante, las represiones contra el pueblo continúan a manos de mercenarios subsaharianos pagados por el líder i algunos de sus seguidores.   
Sin embargo, y a pesar de todos los obstáculos impuestos por el mandatario, los sublevados, con ayuda militar, han conseguido hacerse con el control de gran parte de las ciudades emblemáticas de Libia, acorralando a Gadafi i sus seguidores en la capital del país, Trípoli. Éste sigue resistiéndose y amenazando con cortar el subministro de petróleo a los países occidentales si siguen manteniendo sus intenciones de sancionar o intervenir en el conflicto.
Hasta el día de hoy, aunque la población sigue avanzando, no deja de haber enfrentamientos que dejan a su paso miles de muertes. Las emisoras árabes AL Jazeera y AL Arabiya, únicas cadenas transmisoras de información ya que los periodistas i cadenas televisivas occidentales tienen prohibida la entrada en el país bajo amenaza de muerte, aseguran que las víctimas se podrían elevar a más 10.000, datos imposibles de contrastar a causa de el impedimento del gobierno. Paradójicamente, a pesar de los intentos del gobierno por ocultar la situación, el hijo de Gadafi, Seif el Islam, ha dicho en la televisión Libia que la población está haciendo una vida normal, i a su vez insta a los periodistas extranjeros, libios y diplomáticos a que entren en el país y lo comprueben por ellos mismos.
La situación de Libia es insostenible. Las potencias europeas barajan la idea de intervenir i prestar su ayuda, aunque la llegada de esta ayuda sigue sin concretarse en espera de acontecimientos en los próximos días. El fin del conflicto es aún una incógnita.

2 comentarios:

  1. La situación actual de todos estos países es sumamente complicada. Hartos de vivir bajo lo que casi se podria considerar una esclavitud es logico que hayan desembocado en estos conflictos. Lo injustificable es la actitud en frente de ellos por parte de gobernadores como Gadafi, que tan solo saben defender su poder con violencia y derramando sangre. Tampoco estoy de acuerdo con la actitud que mantienen los países occidentales respecto a este suceso. Prometen sanciones, pero por el momento no han decidido intervenir en lo que se esta conviertiendo en una masacre.
    Me ha gustado tu noticia, buena información!;)
    Ya sabes que a partir de ahora me iré pasando por aqui para mantenerme al día!

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  2. Como has podido ver comparto tu opinión. Respecto a los paises occidentales, puede que no sea la mejor manera de actuar pero también hay que contar con el hecho de que en gran parte se encuentran maniatados.
    Gracias por el comentario.

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